¿Vuelven los préstamos? ¿Cómo vuelven?
¿Vuelven los préstamos? ¿Cómo vuelven? Responda primero a la segunda pregunta.
La crisis nos ha puesto a cada uno en nuestro sitio. La banca debe prestar dinero mirando este acto con cautela. Las tasadoras tasar los bienes, las inmobiliarias y cooperativas promover, Las aseguradoras asegurar, los comercios a vender… Qué bonito… Podemos… Ja. Ja. Ja.
La «banca resultante» se fortalece tras esta crisis, es más monopólica, y tiene una gran ventaja sobre cualquier competencia de servicios de ofertas de cualquier sector.
Tiene los datos, TODOS, los datos del cliente. Eso le permite disponer de una información cruzable en relación con los servicios que tenga contratado el cliente con la banca y/o con otros proveedores de servicios: inmobiliarios, valoraciones, seguros, etc ….
Evidentemente es una información muy importante para su negocio de referencia que es el del préstamo del dinero a crédito a personas físicas y jurídicas, es sensible e imprescindible.
Pero también lo es para poder ofrecer otros servicios al pairo del poder de realización del comparativo de los datos de ese servicio y del estudio y conocimiento del mencionado cliente, así como de la propaganda de apoyo y de la «sinergia» entre los diferentes servicios que se prestarían.
Además la banca dispone de un «excedente» de personal perfectamente reciclable para realizar estudios de mercado, comparativos, vender… y para completar su gama de servicios.
De hecho en el sector inmobiliario podemos decir que la banca es ahora mismo la referencia hasta el extremo que la salida a mercado, por cierto algo opaca por no decir que bastante opaca, de un grupo de activos, llevan al reajuste inmediato de los testigo de referencia para los estudios de mercado.
Vamos entonces a la pregunta trampa de Groucho que encabeza este artículo de cara a cuando abrimos la puerta del banco para pedir lo habitual, casarnos con él mediante una hipoteca, lo que ya no hacemos ni con nuestra pareja en muchos casos…
Eliminada la cláusula suelo, ¿qué me preocupa de la capacidad del banco de prestarnos de dinero a personas físicas y jurídicas, contra garantía hipotecaria? Su conocimiento de la capacidad económica y de viabilidad de su devolución por parte del prestatario, es normal y es lógico y no puedo rechistar si voy a pedirle dinero. Pero, también:
– El control que tienen sobre las tasadoras aunque éstas ya no les pertenezcan como ocurría antes, o eso creo. Sorprendente cuando los honorarios de éstas los paga el que recibirá el préstamo y son la referencia base para decidir la cantidad. (Pero no el % que se presta del valor establecido que hemos pagado a su realizador). Esto dificulta negociar con varios bancos con comodidad, pues si tú llevas tu propia tasación, homologada por el BdeE del bién, a tu costa, podrás verificar cómo te responde cada banco, qué te pide, qué te exige y su contraprestación.
– La acumulación de otros servicios complementarios al de la hipoteca de que el banco prestamista haya decidido disponer entre sus ofertas y que, sin mediar comparativos de libre mercado, nos quiera imponer asociados a la hipoteca maldita. Seguros del hogar, seguros de vida, seguros de decesos, algunos que nos viene obligados, otros que nos son convenientes y los más superfluos o, cuanto menos de necesidad discutible tal como ocurría con la batería de Cocina, el robot aspirador y, en banca privada, la Thermomix, supongo.
A ver si tras todo lo que ha ocurrido con la hipoteca que me «permitía» hacer obras, comprar un coche o renovar los electrodomésticos, ahora la nueva bomba va a ser que en lugar de 800€ de hipoteca al mes y otros 800€ de otros servicios (primas dixit) que me «empaquetan» en un total de 1.440€ al mes, (¡con una rebaja de un 10% sobre sus precios!, precios que no llegamos a comparar en libertad) resulta que podíamos haber pagado 900€ de hipoteca y simplemente 300€ de servicios obligatorios o voluntarios debidamente elegidos por mí en un mercado libre, o sea 1200€, que es mi necesidad real. Son 240€ AL MES durante varias décadas a considerar…
Entendéis ¿por qué me hago esa pregunta?, ¿cuál? La segunda. Como paso previo para decidir sobre la primera: ¿Quiere Ud. casarse conmigo? ¿Es usted rica? Responda primero a la segunda pregunta. Con esta comparación ya no se nos olvidarán las del título.
D. Alfonso Carnerero Parra. Director Técnico de Cue Arquitectos y Abogados.