La Escuela Politécnica de Sevilla estará en la Isla de la Cartuja en el curso 2021-2022

Las obras de adaptación del edificio universitario Centrius para convertirlo en el nuevo Centro Andalucía Tech Escuela Politécnica Superior, Cateps, ya están en marcha. El rector de la Universidad de Sevilla, Miguel Ángel Castro, y el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, han presentado los trabajos de adaptación del edificio, en plena Isla de la Cartuja y muy cerca de la Escuela de Ingenieros. Eso supondrá que, según estima el rector, los estudiantes que ahora están en el antiguo edificio de la calle Niebla, puedan trasladarse a las modernas instalaciones para el curso 2021-2022, ya que el plazo de ejecución es de dieciocho meses.

Tanto el alcalde como el rector, los responsables de la Politécnica y un grupo de la delegación de alumnos, han conocido en la mañana de este jueves el estado de las obras. Se trata de un edificio ubicado en la zona norte de la Cartuja de más de 26.000 metros cuadrados de superficie construida, al que se sumará la construcción del aulario en otro muy cercano de 4.200 metros cuadrados. Supondrá que los alumnos de esta escuela, que sigue en la misma vieja construcción del año 1948 en el barrio de Los Remedios, dispongan de unas modernas instalaciones que, según la Universidad, «mejorarán la visibilidad externa del centro en innovación y excelencia docente e investigadora». La zona se plantea como un espacio vanguardista de las Ciencias y de la Tecnología.

Será el final de la cuenta atrás de un proceso iniciado en el verano de 2017, cuando la US publicó el concurso de proyecto para adaptar el citado edificio y recayó en el arquitecto José Antonio Plaza Cano. En 2018 se licitaron las obras de adaptación, adjudicadas a Sando, por 9,5 millones de euros. La dirección de obra fue adjudicada a CUE Arquitectos y Abogados y la ejecución y la coordinación de la seguridad y salud a Rafael Guijarro Amador, de Guijarro Técnicos S.L.

A esa cantidad hay que sumarle el coste del aulario anexo, de 7,5 millones de euros. Con todo, la US estima que el proyecto para la nueva escuela tendrá un importe aproximado de 17 millones frente a los proyectos anteriores, que tenían un coste estimado de 45 millones y que suponían, por una parte el Centrius instalado en la Cartuja, y por otra parte la escuela en una parcela de Los Bermejales.

Sin embargo, la crisis obligó a cambiar esos planes previos que habían comenzado en 2009. Los responsables universitarios junto al alcalde se han puesto los cascos para visitar las obras in situ. El nuevo inmueble, que según el director de obra ha planteado un «aprovechamiento al máximo del espacio existente» y ha salvado el «déficit de espacio», tendrá una plaza central que pretende ser el corazón de la construcción. Habrá una gran biblioteca y servicios comunes en la zona principal, mientras que en los otros cuatro bloques que existen se ubicarán los laboratorios docentes, zonas de investigación y los departamentos. También se aprovechan al máximo los sótanos. En total, según los datos ofrecidos ayer, serán más de 14.000 metros cuadrados de uso docente, a los que hay que sumar la zona de aparcamientos. Será un inmueble «a la última», según el arquitecto.

Cambio de planes

El alcalde también se ha referido al reinicio de las obras como «un claro ejemplo de éxito» que resuelve un problema que conoció cuando aún era concejal. «La crisis cambió los planes», ha admitido Juan Espadas insistiendo en que el traslado a la Cartuja supondrá «un proyecto señero» desde el punto de vista de la ingeniería y que se potencie el parque científico de la Cartuja. Para el alcalde, la obra supone «dar por fín una respuesta a una demanda histórica».

El rector ha agradecido a los representantes de la vieja escuela de la calle Niebla porque «llevan años en instalaciones precarias». En cuanto a la financiación, Castro ha dado algunas claves, ya que ha asegurado que el antiguo edificio de la calle Niebla será «el cofre» con el que se aborde «la liquidez del proyecto». Según explicó, las viejas instalaciones de la calle Niebla, una parcela calificada como de uso residencial propiedad de la Universidad de Sevilla, servirán para culminar un proyecto que los estudiantes de la Politécnica llevan años aguardando.

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