Carmena da luz verde a Metrovacesa para crear una gran ciudad de la medicina
El Ayuntamiento de Madrid aprobará definitivamente la modificación puntual del Plan General de Urbanismo para alumbrar la llamada Operación Clesa, que dará luz verde a uno de los grandes desarrollos del norte de la capital en las inmediaciones del Hospital Ramón y Cajal. Los terrenos, propiedad de Metrovacesa —inmobiliaria controlada por Santander y BBVA—, se destinarán en su totalidad a uso terciario (hospedaje y comercial) con el objetivo de prestar servicios al barrio y muy especialmente a los usuarios del centro hospitalario.
El acuerdo entre el consistorio y la promotora sobre los más de 10.400 metros cuadrados de terrenos industriales pasa por salvaguardar la antigua fábricadel grupo lechero, inmueble diseñado por Alejandro de la Sota y considerado un referente de la arquitectura industrial y del distrito Fuencarral-El Pardo. El espacio protegido será el relativo a esta edificación principal y su huella —y también un emplazamiento alrededor de la misma para garantizar el tránsito peatonal—. En cuanto a la parcela destinada al resto de usos, en torno a 44.000 metros cuadrados serán de uso terciario: 22.900 se destinarán a hospedaje (hotel y pisos de alquiler ligados a los usuarios del hospital exclusivamente), 19.800 a una residencia de estudiantes (enfocada a los MIR y otros médicos que visiten el centro por cursos y otras actividades) y el uso comercial contará con 3.000 metros cuadrados.
El ayuntamiento hace público este miércoles el desenlace de un proyecto que comenzó en 2014, cuando la inmobiliaria solicitó la licencia para demoler la fábrica de Clesa. Los planes iniciales de Metrovacesa pasaban por transformar la casi la totalidad de los terrenos industriales, en desuso desde 2012, en un nuevo complejo residencial. Pero el área de Desarrollo Urbano Sostenible, dirigida por José Manuel Calvo, se negó en redondo, al entender que el cambio de calificación de industrial a residencial sentaría un peligroso antecedente y atentaba de lleno contra la política urbanística de Ahora Madrid. En ese sentido, como adelantó este diario, el consistorio de Manuela Carmena puso coto al ‘pelotazo’ de la promotora y empezaron unas nuevas negociaciones para redefinir el proyecto.
Finalmente, el acuerdo llegó y se traducirá en gran medida en equipamiento público para la ciudad. Según explican desde el consistorio, el objetivo de esta actuación pasa por fomentar la recuperación de patrimono histórico, proponer un proyecto urbanístico para el interés general del distrito y seguir avanzando en el reequilibrio territorial de la capital española. Este nuevo desarrollo en torno al Hospital Ramón y Cajal constituirá de alguna manera una gran ciudad de la medicina que actuará como punto neurálgico del barrioy pretende convertirse en seña de identidad.
El complejo de la antigua fábrica de Clesa, en plena avenida del Cardenal Herrera Oria —una de las principales arterias del norte de Madrid—, cuenta con una ubicación privilegiada que, en cambio, llevaba mucho tiempo pidiendo a gritos un plan de regeneración total en la zona. Los vecinos del distrito y los usuarios del Ramón y Cajal así lo venían demandado también. Además de los citados usos, el acuerdo incluye una cesión de 1.000 metros cuadrados a Adifque servirá para concretar una nueva conexión peatonal con el centro hospitalario y ampliar el apeadero de la estación de Cercanías, otro de los grandes reclamos.
En cuanto a la fábrica en sí, el ayuntamiento abrirá un estudio para evaluar el uso que se le dará, aunque probablemente será cultural o deportivo, en beneficio de los vecinos y del cuidado del patrimonio como edificio protegido. Los detalles del acuerdo los desgrana este miércoles el concejal del distrito, Guillermo Zapata, después de que el consistorio haya alcanzado un acuerdo definitivo con Metrovacesa. Será a finales de octubre cuando la junta de gobierno municipal apruebe esta modificación puntual del Plan General, y el consistorio calcula que la aprobación inicial estará lista en febrero o marzo del próximo año.
La fábrica se protegerá
Fue en 2014 cuando la propiedad solicitó la licencia de demolición. En ese momento, el edificio no estaba protegido, pero el ayuntamiento optó por suspender la licencia. Después, el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid convocó un concurso de ideas que sirvió para acreditar las posibilidades del edificio para albergar diferentes usos.
En su momento, este edificio supuso un ejemplo de modernidad, de racionalidad aplicada a la arquitectura industrial y de diseño funcional que pretendía situarse en la avanzadilla de las industrias españolas. Para proteger esos valores, en 2015 y a través de una modificación del Plan General, el Gobierno municipal de Ahora Madrid catalogó el edificio con nivel 3 grado parcial, lo que preserva su volumetría y los elementos arquitectónicos más destacados. Así, quedaron protegidas las dos naves principales, las oficinas adjuntas y el cuerpo de vestuarios y acceso, dejando el resto de los volúmenes fuera de la catalogación.
Noticia original:https://www.elconfidencial.com/espana/madrid/2018-10-03/carmena-luz-verde-metrovacesa-operacion-clesa-hospital-ramon-y-cajal_1624945/